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"Capacidades Profesionales y Evaluación en la Escuela Técnico Profesional de nivel secundario: Claves desde la Res. CFE 266/15"

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Lección Nº 3 Los perfiles profesionales

Introducción 

 

La calidad de la Educación Técnico Profesional (ETP) no solo depende de los contenidos que se enseñan ni de los recursos con los que se cuenta, sino también —y fundamentalmente— de cómo se definen, organizan y proyectan los saberes que se espera que un futuro técnico o técnica adquiera y sea capaz de movilizar en contextos reales de trabajo. Esta tarea no puede quedar librada a la improvisación ni al criterio aislado de cada institución. Por eso, el sistema educativo cuenta con una herramienta normativa y pedagógica fundamental: El perfil profesional.

El perfil profesional actúa como una especie de puente estructurado entre el mundo educativo y el mundo socioproductivo. Permite traducir las necesidades del trabajo, la producción y el desarrollo territorial en propuestas formativas coherentes, completas y evaluables. A diferencia de un listado de tareas genéricas, el perfil profesional es un documento técnico sistematizado que identifica con precisión:

Qué funciones debe cumplir el técnico o técnica en su área ocupacional;

En qué contextos puede desempeñarse profesionalmente;

Qué actividades debe poder realizar, con qué nivel de autonomía y bajo qué criterios de calidad, seguridad y ética profesional.

AdemásAdemás, organiza estos saberes en distintos niveles de especificación (alcance, funciones, subfunciones, actividades y criterios de realización), lo que lo convierte en una herramienta clave para el diseño curricular, la planificación institucional y, especialmente, la evaluación de capacidades profesionales.

Conocer y utilizar el perfil profesional de cada especialidad no es solo un requisito administrativo o técnico. Es, ante todo, un acto pedagógico: Permite al docente alinear lo que enseña con lo que el mundo laboral exige, y evaluar con criterios claros, contextualizados y legítimos. A su vez, ofrece a los y las estudiantes una referencia concreta y accesible de lo que se espera de ellos/as como futuros/as profesionales.

En esta lección exploraremos en profundidad qué es un perfil profesional, cómo se construye, cuáles son sus componentes, y por qué es indispensable para garantizar una formación técnica pertinente, equitativa y de calidad.

 

¿Qué es un perfil profesional?

 

Un perfil profesional es un documento técnico y normativo que describe, de forma ordenada, sistemática, verificable y comparable, el conjunto de funciones, actividades y competencias que un profesional debe poder desempeñar en un área ocupacional determinada, una vez completado su proceso formativo.

Lejos de ser una simple enumeración de tareas, el perfil profesional es el resultado de un proceso riguroso de análisis del trabajo y de consulta entre diversos actores: Instituciones educativas, sectores productivos, organizaciones sindicales, especialistas técnicos y organismos estatales. Se elabora y valida con el objetivo de garantizar que la formación técnica responda a las demandas reales y proyectadas del mundo del trabajo y la producción, sin perder de vista criterios de equidad, inclusión y responsabilidad social.

 

La estructura del perfil permite identificar:

 

Las funciones y subfunciones profesionales, es decir, las acciones centrales y permanentes que definen el ejercicio de una profesión en determinado campo.

Las actividades específicas que el egresado debe poder realizar, junto con los criterios de realización que marcan los estándares de calidad, seguridad, eficiencia y ética que se esperan.

El campo de aplicación, es decir, los sectores, subsectores o ambientes organizacionales donde podrá desempeñarse Los niveles de autonomía, toma de decisiones y responsabilidad técnica que corresponden al rol profesional.

Esta definición y su estructura se desprenden del documento “Proceso de Homologación y Marcos de Referencia de Títulos y Certificaciones de la Educación Técnico Profesional”, incluido como anexo en la Resolución CFCyE Nº 261/06, que orienta la elaboración y homologación de perfiles en todo el país.

 

En el marco de la Ley de Educación Técnico Profesional N.º 26.058, el perfil profesional no solo orienta las ofertas formativas, sino que también es el insumo clave para el diseño curricular, la planificación institucional, la evaluación de capacidades profesionales y la certificación de saberes en el sistema educativo.

 

En síntesis, el perfil profesional:

 

Brinda coherencia entre la formación y las demandas del sector socioproductivo.

Establece estándares comunes entre educación y trabajo.

Permite diseñar evaluaciones auténticas y pertinentes, centradas en desempeños reales.

Favorece la equidad educativa, al garantizar que los egresados de distintas jurisdicciones cuenten con las mismas oportunidades formativas y laborales.

 

Por todo ello, conocer y trabajar con los perfiles profesionales no es solo una obligación institucional, sino un acto pedagógico consciente, que permite al docente de la ETP formar con sentido, evaluar con justicia y contribuir al desarrollo personal, profesional y productivo de sus estudiantes.

 

¿Para qué sirve un perfil profesional?

 

Como venimos viendo en esta lección el perfil profesional cumple una función estratégica dentro del sistema de Educación Técnico Profesional (ETP). No se trata simplemente de un documento técnico, sino de una herramienta pedagógica, normativa y política que articula con claridad qué se espera de un egresado técnico y cómo deben organizarse la formación y la evaluación para lograrlo.

 

1. Define qué se espera de un profesional al finalizar su formación

El perfil profesional establece, de forma clara y consensuada, el conjunto de saberes, habilidades, actitudes y desempeños profesionales que un técnico o técnica debe ser capaz de demostrar al egresar. Es decir, traduce en términos concretos el objetivo final de la formación, orientando al estudiante, al docente y a la institución sobre cuál es el horizonte formativo.

 

En este sentido, el perfil no sólo responde a las exigencias técnicas del sector socioproductivo, sino también a valores éticos, criterios de responsabilidad social, sostenibilidad y seguridad laboral.

 

2. Establece estándares comunes entre el sistema educativo y los sectores productivos

Una de las principales funciones del perfil es la de actuar como lenguaje compartido entre la educación y el trabajo. Gracias a su estructura técnica y validación multisectorial, se convierte en un estándar común que permite a los empleadores conocer qué sabe hacer un técnico egresado, y al mismo tiempo, ofrece a los sistemas educativos una guía clara de las demandas y tendencias del campo laboral.

 

Esto garantiza la coherencia nacional de la formación técnica, al tiempo que respeta las particularidades productivas de cada región o jurisdicción.

 

3. Guía el diseño de actividades formativas y evaluativas auténticas

El perfil profesional permite que los docentes planifiquen actividades de enseñanza y evaluación situadas, coherentes con las funciones, subfunciones y actividades reales que el profesional deberá desempeñar. Esto es clave para evitar una formación descontextualizada o fragmentaria.

 

Las actividades formativas pueden estructurarse en torno a las funciones definidas.

Las evaluaciones pueden diseñarse con base en los criterios de realización explicitados en el perfil, permitiendo valorar no solo lo que se hace, sino cómo y con qué calidad se hace.

 

Esto transforma el perfil en una herramienta didáctica esencial, que orienta la selección de contenidos, estrategias metodológicas y modos de acompañar trayectorias formativas diversas.

 

4. Permite garantizar la pertinencia, equidad y calidad de los títulos y certificaciones

Al estar elaborado y homologado por el INET y aprobado por el Consejo Federal de Educación, cada perfil profesional forma parte del marco nacional de referencia para la certificación de títulos y trayectos formativos.

 

Esto implica que:

Un egresado de cualquier jurisdicción que curse una misma tecnicatura debe contar con las mismas capacidades profesionales.

Las instituciones educativas pueden demostrar que sus planes de estudio están alineados con los requisitos técnicos y normativos del perfil.

 

Se resguarda el valor público y social del título, promoviendo trayectorias laborales justas y posibilidades de continuidad formativa en todo el país.

 

¿Cómo se construyen los perfiles profesionales?

 

La elaboración de un perfil profesional no es una tarea improvisada ni exclusivamente técnica. Se trata de un proceso colaborativo, multisectorial y estratégicamente planificado, coordinado por el Instituto Nacional de Educación Tecnológica (INET), que tiene como finalidad garantizar que la formación técnico profesional responda de manera pertinente y actualizada a las exigencias del desarrollo productivo, tecnológico y social del país.

 

Este proceso tiene como principal fortaleza la articulación entre educación y trabajo: reúne la mirada pedagógica, la lógica productiva, la experiencia laboral y la perspectiva política. Participan activamente:

 

Representantes del sector productivo (cámaras empresariales, pymes, cooperativas),

Organizaciones de trabajadores y sindicatos,

Expertos sectoriales y técnicos especializados,

Representantes de los ministerios de Educación y Trabajo,

Y, por supuesto, referentes del sistema educativo

 

Etapas del proceso de construcción de un perfil profesional

 

1. Relevamiento del sector socioproductivo

Se parte del análisis de un sector de actividad económica o productiva, evaluando su organización, evolución, demandas actuales y futuras, ejes tecnológicos y proyecciones de desarrollo.

 

Este relevamiento permite:

Detectar áreas clave para el crecimiento del país (Por ejemplo: energías renovables, biotecnología, automatización industrial).

Reconocer cambios en los procesos de trabajo (Digitalización, innovación tecnológica, transición energética, etc.).

2. Identificación de familias y figuras profesionales

Sobre la base del análisis anterior, se identifican las familias profesionales (Agrupamientos de especialidades que comparten competencias comunes) y dentro de ellas las figuras profesionales específicas (Por ejemplo: Técnico en Energías Renovables, Técnico Electromecánico, Técnico en Multimedios, otros).

 

Esta etapa permite precisar:

Cuáles son los perfiles estratégicos a desarrollar,

Cuáles requieren revisión, actualización o jerarquización,

Y en qué nivel del sistema educativo deben incorporarse (Formación profesional, nivel secundario o superior técnico).

3. Elaboración de estudios sectoriales

Se realizan estudios técnicos más detallados sobre el perfil o conjunto de perfiles a desarrollar. Estos estudios profundizan sobre:

Las tareas críticas de los puestos de trabajo,

Los saberes necesarios para desempeñarlas competentemente,

Las tecnologías en uso y tendencias emergentes,

Las normas de calidad, seguridad, higiene y sostenibilidad que regulan el trabajo,

Y los criterios éticos, organizacionales y comunicacionales propios del campo.

4. Definición y validación de competencias clave

A partir de los estudios anteriores se define el perfil preliminar, que incluye:

El alcance profesional del egresado/a,

Las funciones, subfunciones, actividades y criterios de realización,

Y las condiciones del ejercicio profesional.

Este borrador se somete a una instancia de validación colectiva, en la que los actores sociales y técnicos revisan y consensuan su contenido.

 

🔁 Este proceso es iterativo: Puede implicar revisiones, ajustes o reorientaciones, hasta lograr un perfil que combine rigor técnico, pertinencia social y viabilidad formativa.

 

¿Qué se garantiza con este proceso?

Que los perfiles estén alineados con las demandas actuales y futuras del trabajo y la producción, tanto a nivel nacional como regional.

Que respeten los marcos normativos educativos y laborales vigentes.

Que respondan a criterios de calidad, inclusión, ética profesional y sustentabilidad.

Y que sirvan como base legítima para diseñar títulos, planes de estudio y dispositivos de evaluación.

 

Para reflexionar

El conocimiento del proceso de construcción de los perfiles no es un dato técnico accesorio. Nos invita a entender que:

 

Cada perfil es el resultado de acuerdos políticos, técnicos y pedagógicos,

Su lectura atenta permite diseñar con mayor claridad nuestras secuencias didácticas,

Y su uso en la planificación y la evaluación garantiza coherencia y sentido en nuestras propuestas formativas.

 

Componentes del perfil profesional

 

Un perfil profesional no es un simple listado de tareas ni una descripción general de un oficio. Es un documento técnico cuidadosamente estructurado, diseñado para reflejar la complejidad del desempeño profesional real, organizando los saberes requeridos en niveles jerárquicos de especificación, que van de lo más general a lo más detallado.

Cada uno de estos niveles cumple una función específica en el diseño curricular, la planificación institucional, la organización de los espacios formativos y la elaboración de instrumentos de evaluación pertinentes. Su comprensión permite al docente articular las capacidades que se desarrollan en la escuela con las competencias que se esperan en el ámbito laboral.

 

1. Alcance del perfil profesional (también llamado “competencia general”)

Este componente representa la síntesis del perfil. Describe en pocas líneas qué es capaz de hacer un egresado de la tecnicatura, en qué contextos productivos o sociolaborales puede desempeñarse, con qué nivel de autonomía, y bajo qué criterios generales de profesionalismo y responsabilidad ética se espera que actúe.

Se lo llama también “competencia general” porque reúne las capacidades globales que se movilizan en la práctica profesional integral. Es el punto de partida para construir las demás especificaciones del perfil.

 

Incluye:

Las realizaciones esperadas de un profesional.

Los ámbitos de aplicación (por ejemplo: industrias, explotaciones agropecuarias, organismos públicos, empresas de servicios).

Los criterios de actuación profesional, como el respeto por normas de seguridad, sustentabilidad, calidad, trabajo en equipo y responsabilidad social.

Ejemplo (Técnico en Producción Agropecuaria):

 

“Organizar y gestionar procesos de producción vegetal y animal con criterios de sostenibilidad y eficiencia, operando máquinas y equipos, y evaluando condiciones del entorno rural”.

 

Este alcance sintetiza lo que el profesional puede hacer, dónde lo hace y cómo debe hacerlo.

 

¿Por qué es clave este componente para el docente?

Porque orienta la planificación general de la formación. Permite establecer qué tipo de egresado se quiere formar y cuáles son las situaciones reales de trabajo que deben ser abordadas en los trayectos pedagógicos.

 

 

2. Área ocupacional

Una vez definido el alcance general del perfil profesional, el siguiente nivel de especificación es la descripción del área ocupacional, que cumple una función clave: delimitar el contexto en el que el egresado desarrollará su actividad profesional.

Este componente no se refiere únicamente a “dónde” trabaja el técnico, sino que proporciona una caracterización más amplia, que incluye:

 

a) Sectores y subsectores productivos

Aquí se identifican los ámbitos económicos, industriales, científicos, tecnológicos o de servicios donde el técnico puede ejercer sus funciones. Se detallan tanto los sectores tradicionales (como construcción, metalmecánica, agroindustria, energía) como los sectores emergentes (tecnologías digitales, biotecnología, energías renovables, automatización).

 

Por ejemplo:

 

Un Técnico en Química puede desempeñarse en industrias farmacéuticas, laboratorios de análisis, petroquímicas o plantas alimenticias.

 

Un Técnico en Multimedios puede trabajar en medios de comunicación, productoras audiovisuales, agencias de marketing digital o desarrolladoras de contenidos interactivos.

 

b) Ambientes organizacionales y modalidades de trabajo

Se refiere a los distintos formatos institucionales y lógicas de organización del trabajo en las que el técnico puede insertarse. Esto incluye tanto organizaciones públicas como privadas, empresas grandes, medianas o pequeñas, cooperativas, unidades familiares de producción, o el ejercicio independiente.

Además, se consideran las modalidades de trabajo: Presencial, remoto, por proyectos, en equipo interdisciplinario, bajo normas de calidad certificadas, con uso intensivo de tecnologías, etc.

 

Por ejemplo:

 

Un Técnico en Energías Renovables puede operar en una empresa de instalación de paneles solares, en una cooperativa eléctrica rural, o en una consultora ambiental.

 

c) Campos de desempeños actuales y emergentes

Este aspecto contempla no solo los espacios laborales consolidados, sino también los nuevos escenarios de trabajo que surgen a partir de cambios tecnológicos, regulatorios, productivos y sociales.

Este punto es especialmente relevante para docentes, porque permite actualizar permanentemente las prácticas formativas en función de:

Las tendencias tecnológicas (por ejemplo, automatización, industria 4.0, agricultura de precisión),

Las transformaciones en los modelos de producción y consumo (por ejemplo, sustentabilidad, economía circular),

Y los nuevos requerimientos del sistema productivo y social (por ejemplo, digitalización, logística verde, robótica colaborativa).

¿Por qué es importante el área ocupacional para el docente de la ETP?

 

Porque permite:

 

Contextualizar los contenidos técnicos: lo que se enseña en el aula o el taller tiene sentido si se relaciona con los entornos reales donde será utilizado.

Diseñar prácticas profesionalizantes auténticas, situadas en condiciones que se asemejen a los escenarios laborales actuales o emergentes.

Anticipar los desafíos formativos que exige un campo profesional en constante cambio.

 

 

3. Funciones profesionales

 

Las funciones profesionales constituyen el primer nivel de especificación técnica dentro del perfil profesional. Una vez definido el alcance general y el área ocupacional del técnico, este componente permite organizar y agrupar las grandes acciones productivas, técnicas y organizacionales que ese profesional debe garantizar en su campo de desempeño.

¿Qué es una función profesional?

Una función profesional no es una tarea puntual ni un procedimiento específico. Es un conjunto articulado de actividades con una finalidad común, que reflejan un núcleo de intervención estable del técnico/a dentro de un proceso de trabajo.

Se trata de “macroacciones” que, al ser ejecutadas de forma competente, permiten cumplir con los objetivos centrales del puesto profesional en diferentes contextos.

Cada función está definida a partir de las demandas reales del mundo del trabajo, y su identificación se basa en el análisis de procesos productivos y organizacionales del área ocupacional correspondiente.

 

¿Qué expresan las funciones?

Las áreas clave de responsabilidad técnica del profesional.

Las capacidades integradas que debe poner en juego.

La finalidad esencial del trabajo técnico en esa dimensión.

La autonomía y el grado de complejidad esperados.

Ejemplos de funciones por tecnicatura

A continuación se presentan ejemplos tomados de perfiles aprobados por el INET y validados por el Consejo Nacional de Educación, Trabajo y Producción (CoNETyP):

 

Maestro Mayor de Obras (MMO):

“Concebir y desarrollar soluciones constructivas”

Implica planificar, proyectar y diseñar obras edilicias en función de requerimientos técnicos, normativos, económicos y ambientales.

 

Técnico en Equipos e Instalaciones Electromecánicas:

“Realizar mantenimiento electromecánico preventivo, predictivo y correctivo”

Incluye diagnóstico, intervención y seguimiento técnico de equipos e instalaciones en diversos entornos productivos.

 

Técnico en Producción Agropecuaria:

“Operar sistemas productivos agrícolas”

Abarca desde la preparación del suelo hasta la cosecha, bajo criterios de eficiencia, sustentabilidad y control sanitario.

 

Técnico en Programación:

“Desarrollar soluciones informáticas”

Incluye análisis de requerimientos, diseño, codificación, prueba e implementación de software, adaptado a diferentes entornos y usuarios.

 

Técnico en Energías Renovables:

“Montar y mantener sistemas de generación con fuentes renovables”

Supone integrar conocimientos eléctricos, electrónicos, mecánicos y ambientales para trabajar con paneles solares, aerogeneradores, etc.

 

¿Por qué son claves las funciones para el trabajo docente?

 

Porque las funciones permiten:

Planificar unidades didácticas o trayectos de formación alineados con los desempeños profesionales esperados.

Diseñar actividades integradoras, que articulen teoría, práctica y resolución de problemas reales.

Evaluar capacidades de manera contextualizada, observando cómo el estudiante actúa frente a situaciones similares a las que enfrentará en su vida laboral.

Una función bien trabajada en el aula permite que los estudiantes entiendan el para qué de su formación y desarrollen capacidades complejas que podrán transferir luego al mundo del trabajo.

 

 

5. Actividades y criterios de realización

 

Este componente representa el nivel más específico, operativo y pedagógicamente potente del perfil profesional. Si el alcance, las funciones y las subfunciones responden al “qué” y al “para qué” de la formación técnica, las actividades y sus criterios de realización definen con precisión el “cómo” se llevan a cabo las acciones técnicas en el mundo del trabajo.

 

¿Qué son las actividades?

Las actividades son las acciones concretas que realiza un profesional dentro de una subfunción, y que requieren la integración de capacidades técnicas, organizativas, comunicacionales y actitudinales. Están redactadas en infinitivo, y representan unidades mínimas de ejecución profesional que pueden ser evaluadas.

 

Las actividades permiten simular, reproducir o anticipar condiciones reales de trabajo en el contexto formativo, lo cual las vuelve esenciales para el diseño de prácticas educativas con sentido.

 

🔹 ¿Qué son los criterios de realización?

 

Los criterios de realización son los parámetros de calidad profesional que permiten evaluar si una actividad ha sido realizada de forma correcta, segura, eficiente y ética. Funcionan como indicadores objetivos y contextualizados que responden a normas técnicas, buenas prácticas del sector productivo, regulaciones legales, códigos de conducta y estándares de desempeño.

 

Por ejemplo, no alcanza con que un estudiante una dos caños con soldadura; debe hacerlo:

 

Con el tipo de soldadura adecuada al material.

Cumpliendo normas de seguridad eléctrica o estructural.

Con precisión dimensional y estética.

Verificando su estanqueidad o resistencia, según corresponda.

Ejemplo completo del perfil profesional de Técnico en Equipos e Instalaciones Electromecánicas

 

Función: Realizar el mantenimiento preventivo, predictivo y correctivo del equipamiento y las instalaciones.

Subfunción: Reparar y reconstruir instalaciones.

Actividad: Unir por medio de soldadura, rosca u otros medios de unión los tramos reconstruidos.

Criterio de realización: Se utilizan cordones de soldadura, roscas, manguitos, bridas normalizadas o sistemas de acople, de acuerdo con las especificaciones técnicas, garantizando estanqueidad, resistencia y cumplimiento de normas de seguridad.

 

Importancia pedagógica para el/la docente de ETP

 

Este nivel del perfil profesional es fundamental para diseñar propuestas de enseñanza y evaluación contextualizadas, integradoras y con sentido. Permite al docente:

Traducir el perfil en situaciones de aprendizaje concretas. Por ejemplo, un criterio de realización puede inspirar la rúbrica de evaluación de una práctica en taller.

Evite la enseñanza fragmentada o descontextualizada.

Las actividades y criterios permiten trabajar con situaciones integrales y complejas, que exigen pensar, hacer y justificar las decisiones tomadas.

Asegurar la coherencia entre lo que se enseña, lo que se espera que el estudiante logre, y cómo se lo evalúa.

Conectar los dispositivos de evaluación con los estándares reales del mundo laboral.

En otras palabras: Este componente convierte al perfil profesional en una herramienta pedagógica, no solo normativa.

 

Actividad:

Para afianzar esta lección, te proponemos un ejercicio práctico que también puede ser replicado con tus estudiantes:

Ingresá al sitio oficial del INET: www.inet.edu.ar.

Buscá el perfil profesional correspondiente a la tecnicatura que se dicta en tu institución.

Leé con atención los siguientes componentes del documento:

 

El alcance del perfil.

Al menos una función y su subfunción asociada.

Una actividad y su criterio de realización.

 

Identificar y registrar:

¿Qué se espera del egresado en términos generales?

¿Qué desempeños específicos debe garantizar?

¿Qué indicadores permiten evaluar si una actividad técnica está bien hecha?

Este ejercicio te permitirá aproximarte al perfil profesional como un insumo dinámico para la planificación y la evaluación, y te brindará herramientas para trabajar estos mismos contenidos con tus estudiantes, generando mayor conciencia profesional sobre su formación

 

📖 Lectura reflexiva: Del perfil al aula: construir puentes entre formación y trabajo

El perfil profesional no es un texto técnico destinado únicamente a equipos de planificación o autoridades educativas. Es, ante todo, una herramienta viva que toma forma real en las decisiones pedagógicas cotidianas de los/as docentes de la ETP: qué enseñar, cómo enseñar, para qué evaluar y en qué contexto formar.
Cuando un docente conoce y se apropia del perfil profesional de la tecnicatura que enseña, adquiere una brújula para orientar su práctica. Ya no se trata solo de cumplir con un programa, sino de formar personas capaces de resolver problemas reales, de manera ética, competente y contextualizada. En este sentido, el perfil profesional se convierte en un contrato pedagógico y social: entre la escuela, el trabajo y los estudiantes.
Ahora bien, ¿Qué ocurre cuando en la escuela técnica no se utilizan los perfiles como referencia activa? Muchas veces se cae en una enseñanza fragmentada, poco situada, que reproduce prácticas rutinarias. Por el contrario, integrar los componentes del perfil (alcance, funciones, actividades, criterios de realización) en la planificación y evaluación permite crear experiencias formativas auténticas, conectadas con el mundo real, que preparan a los y las estudiantes no solo para ingresar al trabajo, sino para transformarlo y mejorarlo.
Este enfoque exige una mirada crítica y transformadora por parte del docente. No basta con conocer el perfil: Es necesario interpretarlo, contextualizarlo, y ponerlo al servicio de trayectorias educativas más justas, inclusivas y profesionalizantes.

💬 Preguntas para pensar (y repensar)

¿Con qué frecuencia consulto el perfil profesional en mis prácticas de planificación o evaluación?
¿Mis actividades formativas preparan a los estudiantes para situaciones reales del mundo del trabajo?
¿Qué criterios de realización uso para evaluar? ¿Están en línea con lo que propone el perfil?
¿Cómo podría integrar mejor las funciones profesionales en mis clases, prácticas o proyectos?
¿Mis estudiantes conocen el perfil profesional de su tecnicatura? ¿Lo interpretan como una herramienta de orientación vocacional y formativa?

 

 

 

 

 

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